En modo dulce, cake de queso, limón, amapola y almendras.

Este cake o bizcocho está mortal de necesidad, si estás en modo dieta, ni se te ocurra hacerlo, porque no te conformarás con un trozo, pondrá ¡ y de qué manera! a prueba tu fuerza de voluntad.

Encontré esta receta hará  un par de meses, quizá algo más,  tenía en el frigo una tarrina de mascarpone  a punto de caducar y quería hacer algo que no me enredara demasiado.

Se parece mucho a los cakes de nata que hacía mi madre cuando éramos pequeños, nos chupábamos los dedos y lo que quedaba en el bol.

Las semillas de amapola las encontrarás en cualquier herboristería. Si no tienes mascarpone,  vale cualquier queso crema.

Ingredientes: 150 gr. de azúcar, 3 huevos, 200 gr. de queso crema, ralladura de 1 limón, 220 gr. de harina de repostería, 2 cditas. y cuarto de levadura química, una pizca de sal, 2 ó 3 cditas. de semillas de amapola, almendras fileteadas y azúcar extra para espolvorear.

Mi mezcla de harinas para este bizcocho:

65 gr. de harina blanca de espelta, 80 gr. de harina de maíz y 65 gr. de harina de arroz, todas de cultivo ecológico, más 10 gr. de harina de castaña.

Horno 180º C.

Pincela el molde con mantequilla líquida y espolvorea con harina.

Bate con batidora de varillas los huevos con el azúcar (blanco o moreno) durante 3 minutos aproximadamente, hasta obtener una textura esponjosa.

Añade la ralladura de limón y el queso crema, bate un poco más.

En un bol aparte, tamiza y mezcla la harina con la levadura, la sal y las semillas.

Incorpora a la mezcla de huevos y queso anterior, mezcla muy bien hasta obtener una masa sin grumos.

Vierte en el molde, cubre la mezcla con una buena capa de almendras laminadas, espolvorea un poco de azúcar y hornea durante 55 minutos aproximadamente.

Si las almendras se tuestan demasiado, tapa el molde con papel de aluminio.

Una vez listo el bizcocho, deja que enfríe durante 5 ó 10 minutos antes de desmoldar.

Para desayunar, merendar, postrear.... para todo, con té o con café, con lo que quieras, eso sí, sin remordimientos, porque "a lo hecho, pecho".