Tengo la gran suerte de tener unas vecinas estupendas, pero además, una de ellas tiene gallinas y ocas en libertad.
Los huevos de sus gallinas son lo más de lo más, riquísimos, pero es que los de oca, que no son de consumo habitual, son una auténtica delicia.
Si tienes oportunidad no dejes de probarlos, aunque son más caros que los de gallina, triplican su tamaño y fíjate que propiedades nutricionales tan interesantes:
Los huevos de oca poseen un elevado porcentaje de ácidos grasos insaturados, un alto contenido en minerales como el hierro, zinc, potasio, fósforo y magnesio, vitaminas A, B y E.
Además, al ser su cáscara tan gruesa, tardan muchísimo en caducar, cerca de dos meses, y si los refrigeras, se mantienen todavía más tiempo.
La preparación de los huevos de oca no tiene ninguna ciencia, se fríen, con más o menos aceite, al gusto de cada uno.
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