Hace la tira de años que lo utilizo, al principio solamente en recetas saladas y en infusión, no puedo pasar sin él, lo tengo siempre, fresco, en polvo y confitado.
En repostería empecé a usar jengibre gracias a Elena.
Elena es una amiga sueca que vino a pasar un tiempo a nuestra casa, al llegar la Navidad me pidió jengibre para hacer galletas, pues en Suecia es tradicional hacerlas con forma de estrellas y distintas figuritas que cuelgan del árbol, para deleite de niños y mayores.
Ni que decir tiene que nos encantaron, y desde aquel momento, hace quince años ya, no he dejado de hacerlas. Dentro de unos días subiré la receta, que, estoy segura, os encantará.
El jengibre, entre otras propiedades, es anti-inflamatorio, ayuda a combatir problemas respiratorios, artrosis y problemas digestivos. Es muy rico en aceites esenciales, minerales, antioxidantes y aminoácidos.
Es eficaz contra la gripe y los resfriados, elimina el mareo y el vértigo, disminuye las migrañas,
es muy eficaz para reducir niveles altos de estrés y envejecimiento prematuro, previene el cáncer de colon y de ovario....
¡¡¡ Es un quema grasa que tiene propiedades que ayudan a acelerar el metabolismo !!! Solamente un trocito pequeño, si es fresco, es suficiente para cualquier preparación.
Lo venden en cualquier mercado en los puestos de frutas y verduras, yo lo compro siempre en el de la Magdalena, y si lo queréis seco, mejor en herbolario.
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