15/6/16

En modo dulce, tarta de queso japonesa.
































Hay infinidad de recetas de tarta de queso, a mi, que soy una apasionada del queso, me rechiflan todas, pero la japonesa, tan esponjosa,  tan delicada ella, tiene un algo especial.

Sus ingredientes son como de andar por casa, el a b c de la repostería, pero el resultado es increíble,el único defecto de este cheesecake es que, en cuanto lo pruebes no podrás parar, es irresistible.

 Invita a las amigas  y comparte con ellas esta deliciosa tarta, que no necesita más acompañamiento que un buen café o té.




Ingredientes:

 6 huevos, 250 gr. de queso crema (philadelphia) 50 gr. de mantequilla a temperatura ambiente, 100 gr. de leche, 60 gr. de harina, 60 gr. de maizena, 1 cucharada de zumo de limón, una pizca de sal, 140 gr. de azúcar, 1 sobre de gasificante,  azúcar glas para adornar.

Horno 170º/180º C. calor arriba-abajo.

Bandeja o fuente de horno mediada de agua (o algo más). 

Ponla en el horno en cuanto lo enciendas, el agua tiene que estar bien caliente cuando hornees la tarta.





Unta el molde de mantequilla derretida, cubre su interior con papel vegetal o de horno, que dejarás más alto que el molde.

Al untar el molde de mantequilla, el papel se pegará mejor, recorta el papel para acomodarlo.

Papel plata en doble capa para forrar por fuera el molde y evitar así que entre agua en su interior.








A mano:

Pon al baño maría el queso, la mantequilla y la leche hasta que se derritan, deja enfriar a temperatura ambiente.

Separa las claras de las yemas. Reserva.

Tamiza las harinas. Reserva.

Una vez fría la mezcla, bate con varillas durante 5 minutos aproximadamente.

Añade las harinas, las yemas de huevo, el zumo de limón y la pizca de sal, mezcla bien durante 5 minutos. Reserva.

Bate las claras a punto de nieve con el gasificante, añade el azúcar poco a poco.

Tiene que resultar un merengue bien montado pero no excesivamente duro.

Añade el merengue a la masa en pequeñas porciones, mezcla muy bien, con movimientos envolventes.

Vierte en el molde y hornea.


Hornea, según horno, desde 60 minutos a 1 hora y media (en mi horno casi hora y media). 

Cuando esté cuajada, apaga el horno y deja 10 minutos más con la puerta cerrada.

Pasado el tiempo, deja que enfríe dentro del molde sobre una rejilla, desmolda cuando esté fría y adorna con azúcar glas.






Amasadora:

Pon al baño maría el queso, la mantequilla y la leche hasta que se derritan, deja enfriar a temperatura ambiente.

Separa las claras de las yemas.

Tamiza las harinas. Reserva.

 Pon la pala a la amasadora y bate el queso, la mantequilla y la leche a velocidad media durante, aproximadamente, 5  minutos.

Añade las harinas, las yemas de huevo, el zumo de limón y la pizca de sal, bate a velocidad media hasta incorporar bien todos los ingredientes.

Pasa a un cuenco o a un bol grande toda la masa y reserva.

Lava y seca bien el vaso de la amasadora, pon el utensilio para batir las claras a punto de nieve, añade el gasificante, bate y ve añadiendo el azúcar poco a poco.

Tiene que resultar un merengue bien montado pero no excesivamente duro.

Añade el merengue a la masa en pequeñas porciones, mezcla muy bien, con movimientos envolventes.

Vierte en el molde y hornea.

Hornea, según horno, desde 60 minutos a 1 hora y media (en mi horno casi hora y media). 

Cuando esté cuajada, apaga el horno y deja 10 minutos más con la puerta cerrada.

Pasado el tiempo, deja que enfríe dentro del molde sobre una rejilla, desmolda cuando esté fría y adorna con azúcar glas.






Thermomix:

Pon al baño maría el queso, la mantequilla y la leche hasta que se derritan, deja enfriar a temperatura ambiente.

Separa las claras de las yemas. Reserva.

Tamiza las harinas. Reserva.

Monta la mariposa para batir el queso, la mantequilla y la leche, programa 5 minutos, velocidad 3.

Quita la mariposa, incorpora las harinas tamizadas, las yemas de huevo, el zumo de limón y la pizca de sal, programa 2 minutos, velocidad 3.

Pasa la masa a un cuenco y reserva.

 Lava y seca bien el vaso y la mariposa, bate las claras a punto de nieve con el gasificante, incorpora el azúcar, poco a poco, a velocidad 3-1/2 sin tiempo.

Tiene que resultar un merengue bien montado pero no excesivamente duro.

Añade el merengue a la masa en pequeñas porciones, mezcla muy bien, con movimientos envolventes.

Vierte en el molde y hornea.

Hornea, según horno, desde 60 minutos a 1 hora y media (en mi horno casi hora y media). 

Cuando esté cuajada, apaga el horno y deja 10 minutos más con la puerta cerrada.

Pasado el tiempo, deja que enfríe dentro del molde sobre una rejilla, desmolda cuando esté fría y adorna con azúcar glas.








Verás que hacer este cheesecake no tiene ninguna dificultad, prepara con antelación todos los ingredientes para que resulte mucho más fácil seguir la receta.

Si estás en modo dieta ¿qué decir? pues que hagas una excepción y disfrutes a tope del cheesecake, acompáñalo de una o dos tazas de té y a otra cosa, que mañana será otro día y en cien años... todos calvos.







2 comentarios:

  1. Pues tienes razón jajaaja,si nos vamos a quedar calvos y además sin dientes porque no disfrutar de éste exquisito dulce de queso,se hace la boca agua,

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  2. Está deliciosa, la desayunamos dos días y el trozo que quedaba lo terminamos una amiga y yo. Si la haces, incorpora bien el merengue al resto de la masa.

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